"El
fútbol es un deporte que inventaron los ingleses, juegan once contra once, y
siempre gana Alemania".
Con esta frase,
acuñada por el delantero ingles Gary Lineker, se cerraba la participación de su
selección en el mundial de Italia 90, tras su eliminación en semifinales, por
la vía de los penales, a manos de equipo teutón. Hoy podemos darnos cuenta de que
estás palabras no fueron solo un derroche de “piconería” sino que tendrían también
mucho de cierto.
Personalmente
creo que lo de Bayern Múnich en Champions League es conmovedor; la vergüenza con
la que jugaron ante el Barcelona, la autoridad con la que se impusieron al, por
demás laureado, equipo de Vilanova, no es casualidad de ninguna forma, o sea
que, ¡Al Bayern no se le apareció la virgen pues! Los Muniqueses ven la orejona
de cerquita desde el 2009, ese año se topó con el equipo catalán en su mejor
momento (A diferencia de anteayer), se comieron cuatro goles en el Camp Nou, y
de local solo pudieron arañar un empate, concluyendo así su participación en
aquella edición del torneo, y cerrándose a la vez el segundo ciclo de Jupp Heynckes a cargo del equipo.
En la
temporada 2009-10, los teutones, ya en aquel momento dirigidos por Louis van
Gaal, y con dos refuerzos de renombre como lo eran el holandés Arjen Robben y
el hispano-alemán Mario Gomez, no solo se consagrarían campeones de la
Bundesliga, sino que lograrían llegar a la final del torneo continental, sacándose
de encima al Manchester United y al Olympique Lyon (En cuartos y semis
respectivamente), y chocando en el partido decisivo, en Madrid, ante el Inter
de Milán; que en aquel entonces, y de la mano de José Mourinho, le arrebatarían
la ilusión de consagrarse campeón por quinta vez en su historia.
Para
la temporada 2010-11 el Bayern sufriría un bajón en su juego, a raíz de
lastimosas lesiones de jugadores importantes, como Robben, eso sumado a la
salida de algunas figuras como Luca Toni, Martin Demichelis, y Mark van Bommel;
hizo que el equipo no lograra conseguir más que un quinto puesto en el torneo
local, y que en Champions, el mismo Inter lo sacara en octavos.
En la
edición 2011-12, y tras dejar en el camino al Real Madrid en semifinales, el
Bayern Múnich, guiado nuevamente por Heynckes, se enfrentaría
en la final al Chelsea ingles, que por la vía de los penales, dejaría a los bávaros
una vez más con las manos vacías.
Digamos
que Lineker fue más “picón” que objetivo, pero si todo se da como viene y Barcelona
no logra un verdadero milagro, sería la tercera final del equipo muniqués en
cinco años; ¡eso tiene que decir algo! Y es más, si el Dortmund deja afuera al
Madrid (algo totalmente factible, por lo visto ayer en el Westfalenstadion) Estaríamos
frente a la confirmación de aquella famosa frase, y ante la inminente consumación
de que aquel que la sigue la consigue.
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